Soy creyente de que los buenos viajes requieren planificación y organización. No solo por ser agente de viajes, si no que en la mayoría de los casos como viajera, me he topado con experiencias que me han enseñado mucho y que siento debo compartir con ustedes. A medida que vamos viajando y ganando experiencia, es importante hacer una introspección sobre qué cosas podemos mejorar para así evitarnos muchos contratiempos en la próxima aventura. Hoy les hablaré de los 5 errores que considero los más comunes en viajeras primerizas y hasta experimentadas.
El primero y el más común: Llegar tarde al aeropuerto.
Sorprendería la cantidad de pasajeros que pierden sus vuelos por no llegar temprano. Siempre le digo a mis clientas -y a todo el que me pregunta- qué el tiempo estimado para estar en el aeropuerto de un vuelo para Estados Unidos es de 2 horas antes y en vuelos internacionales son 3 horas. En los momentos que estamos viviendo yo le agrego 1 hora a cada uno de esos estimados por la cantidad de pasajeros volando. También por los requisitos que solicitan hoy día los países y aerolíneas, que dada la pandemia se han agregado a las listas de protocolos de Covid 19. Llegar tarde al aeropuerto puede costarte perder el vuelo y por ende dinero y en la mayoría de las veces, mucho. Las aerolíneas te cobrarán por reubicarte en otro vuelo, si es temporada alta y no hay vuelos disponibles es posible que no puedas tan siquiera viajar y los boletos aéreos no son reembolsables. A eso debemos añadir que, si reservaste un auto, hotel o algún otro servicio, es muy posible que te cobren algún tipo de penalidad por cancelación sumado al estrés y mal rato que vas a pasar justo antes de tus anheladas vacaciones.
Anécdotas sobre este tema debe haber cientos de miles y yo haré mi parte aportando una con todos los componentes de una película de National Lampoon’s. Mis años de estudiante se desarrollaron en Ponce. Recuerdo que una vez entrábamos a cuarto año de escuela superior tenías el privilegio de participar de un viaje por Europa. Se imaginan la ilusión y entusiasmo que una oportunidad como esta generaba en estudiantes adolescentes con ganas de conocer el mundo y de escapar de sus hogares por un tiempo.
El viaje se concretó y el padre de una de mis amigas se ofreció llevarnos al aeropuerto a mí y a algunos compañeros de la clase. Días antes del viaje los padres se reunieron para discutir a qué hora saldríamos de Ponce a San Juan, la mayoría de ellos entendía que debíamos estar saliendo a una hora razonable tomando en cuenta el tiempo que toma llegar a San Juan. El papa “chofer” insistía en que no había que salir tan temprano, después de todo él viajaba mucho y tenía experiencia en llegar “foto finish” al aeropuerto y lograr siempre montarse en el avión. Los demás padres accedieron a la sugerencia de este intrépido papá viajero.
Luego de meses de preparación llego el día de nuestro "eurotrip". Todos nos montamos todos en su “station wagon” Chevy Caprice Wagon del ‘90. Recuerdo con mucha nostalgia la negociación que tuvimos con el papá de nuestra amiga cuando quisimos poner el CD de Green Day o Nirvana y él nos dijo que eso no era música. Fuimos todo el camino intercalando entre la emisora de “salsa golda”, Criolla 103 y la Super Cadena. Salimos de Ponce y como ha pasado desde que tengo memoria, el expreso a San Juan estaba decorado con los drones anaranjados de siempre y solo un carril disponible hasta casi llegar a Salinas. “Tranquilos” nos decía el papá, “vamos a llegar a tiempo ya verán'', mientras íbamos por ese único carril ya con un poco de tráfico asomándose. A la altura de Cayey ya el tapón era sospechoso y nos empezábamos a mirar de reojo los unos a los otros. Recuerden que para ese tiempo no existía el ‘Waze’ de manera que no había manera de saber qué estaba sucediendo. De repente ya el tapón no era tapón, sino más bien filas de carros parados en el expreso, en ese momento ya dejamos todos de hablar y el volumen de la canción de Andy Montañez parecía distanciarse de nuestros oídos. Estuvimos parados por más de hora y media a causa de un fatal accidente a la altura de Guavate. “Ya pasamos el accidente tranquilos” decía el papá, “ahora acelero y llegamos a tiempo dejen el show”. Pero el drama ya estaba instalado en la ‘station wagon' y no había canción de Green Day que nos quitara el susto. De ahí en adelante es verdad que la calle estaba limpia, pero llegamos al túnel minillas y ahí cogimos otro tapón. “Por eso es que a mí no hay quien me saque de Ponce” gritaba el papá, “en San Juan hay tapón todo el tiempo, ¡no se puede vivir así!”. Nosotros calladitos atrás, sudando la gota gorda ya sabíamos que no llegaríamos a tiempo. Cuando llegamos al LMM el estacionamiento estaba lleno, dimos todas las vueltas del mundo, pero encontramos uno, bajamos las maletas y corrimos al mostrador. La fila para hacer el ‘check-in’ daba miedo, pero contábamos con el consuelo del papá de mi amiga que nos decía que le había pasado eso cientos de veces y no pasaba nada, que estuviéramos tranquilos. Su consuelo me asustaba aún más, debo confesar.
Cuando por fin llegamos al mostrador la chica de la aerolínea nos pide los documentos: “Pasaportes y pasajes por favor”. Todos ya lo teníamos en la mano menos Cristina, una de mis compañeras que no lograba localizar él de ella. Vi la cara de la agente de la aerolínea y sabía que algo andaba mal. “Lo siento, pero ese vuelo ya cerró, no podrán abordar” yo escuché eso en cámara lenta, mi corazón latía y se rompía a la misma vez. Luego de una breve escaramuza entre ella y el papá de nuestra amiga, finalmente no pudimos montarnos en el avión por haber llegado tarde. Todos teníamos caras fúnebres y quedamos en silencio mirando el piso cuando Cristina espepitó: “diantres mi pasaporte se quedó en Ponce”…
Y cómo ya se deben imaginar nunca llegué a Europa ese año, pero las cosas pasan por alguna razón. No fue hasta el año siguiente que mi anhelado viaje se concretaría y con la suerte que fue mi tío favorito quien me llevó. Tenía mucha ilusión, él había vivido en España, era profesor de la universidad por lo tanto viajaría con un guía personal. Llegó el día, despegamos y la segunda lección viajera la aprendí cuando mi maleta jamás llegó al aeropuerto de Madrid.
Lo que nos lleva al próximo error: no llevar carry con muda extra y esenciales.
Queden por enteradas que las maletas se pierden y con mucha frecuencia. A mí me bastó solo perder la maleta una vez para aprender. Perdí dos días de Madrid buscando ropa, zapatos y lo necesario para un viaje de 18 días por Europa mientras mi tío “jangueaba” en El Prado, El Reina Sofia, tapeaba a diestra y siniestra con sus amigos mientras yo buscaba donde comprar lo que necesitaba, más una maleta nueva. Recuerdo que el primer shock cultural lo tuve descubriendo que, para ese tiempo, no había shopping center, ni tiendas por departamento, en el centro de Madrid (salvo famoso Cortes Inglés, pero era y es carísimo). De manera que tuve que moverme de local a local para ir consiguiendo poco a poco lo que necesitaba. Zapatos en una tienda de zapatos, ropa interior en una tienda solo de ropa interior, blusas en una tienda solo de blusas y así por el estilo. Madrid me recordaba un poco a mi pueblo, Juana Díaz, cuando yo era pequeña y aún los centros comerciales eran algo exclusivo de San Juan. Madrid tenía ese toque de pueblo pequeño con costumbres de antes, pero a la vez era una gran ciudad con el movimiento y vida característico de las metrópolis. Regresando a la historia, mi maleta no llegó nunca, vine a recuperarla cuando regresamos a Puerto Rico y días después de mi regreso. De ahí en adelante no viajo si no es con carry on.
Ya deben imaginar que llegar a nuestro destino y no recibir nuestras pertenencias es un dolor de cabeza. Es por lo que siempre recomiendo llevar un bulto de mano con un mínimo de 3 mudas de ropa y esenciales. En los esenciales me refiero: medicamentos, pasta y cepillo de dientes, efectos personales de higiene y artículos que tengan valor económico importante como cámaras, Ipads, computadoras o algún equipo electrónico que pueda llevarse a bordo.
Este consejo te puede ayudar a no tener que gastar dinero adicional en ropa y efectos personales en lo que la maleta aparece (si es que aparece) no obstante, si luego de yo contarle mi peripecia en Madrid, usted no puede viajar únicamente con un “carry on” le aconsejo que vaya tomando este consejo muy en serio. Aunque sí es cierto que las líneas aéreas tienen su departamento de reclamos y de alguna manera compensan a los clientes, pero ninguna compensación elimina el sinsabor, ansiedad y tiempo perdido cuando estas cosas suceden. Tengan en cuenta que también existen historias de maletas que jamás llegaron a las manos de sus dueños, desaparecieron para siempre en algún lugar del mundo.
Otro error muy común y podría llegar a ser lamentable es: no comprar un seguro de viaje.
Los seguros de viaje son un “must” a la hora de viajar. Los costos de los seguros de viajes son muy razonables y nos cubren de situaciones como hospitalizaciones, pérdidas de efectos personales, interrupción de viaje y hasta repatriación de restos, en un caso desafortunado de muerte en el extranjero, -créanme que traer a un fallecido del exterior cuesta y mucho-. Lo mismo con las hospitalizaciones ya que no contamos con un plan médico universal, las facturas de ser hospitalizado en un país extranjero pueden llegar a los miles muy altos. Por lo tanto, ni lo piense a la hora de viajar y adquiera su seguro, como indica el dicho: “es mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.
Hoy día atravesando todo lo relacionado al Covid es aún más importante uno contar con un seguro de viaje. El seguro debe cubrir gastos incluso por cuarentenas y/o hospitalización por Covid-19. Por suerte las aseguradoras han actualizado sus pólizas y hoy contamos con excelentes cubiertas para ello.
Algunos seguros de viajes que pueden consultar son:
Ya que hablamos de seguros, no olvides llevar plan de llamadas para emergencias.
En mis primeros viajes en los 90 y principios de los 2000, recuerdo que uno comunicarse desde el extranjero hacia Puerto Rico era realmente una hazaña. De hecho, había veces que nunca llamaba a mi casa para avisar que había llegado bien a mi destino por lo costoso de las llamadas. Yo creo que muchos nos acogimos al clásico “no news is good news” y con eso había cierto consuelo para los que se quedaban.
Afortunadamente hoy día las compañías de teléfonos celulares cuentan con atractivos programas de “roaming” y es vital tenerlo activado para algún caso de emergencia. Pero ¿cuáles emergencias pueden suceder? Muchas y les daré algunos ejemplos. Estás en trasbordo en algún país antes de llegar a tu destino final y el vuelo se cancela y no podrás salir ese día o simplemente el vuelo se retrasa y no llegarás a tu destino a la hora indicada. Sin plan de llamadas no podrás informar a las personas que te van a buscar al aeropuerto de destino. Llegaste a tu destino y no encuentras a la persona que te trasladará al hotel. Otro muy común es que puede suceder que te perdiste en la ciudad y no encuentras a tu grupo o simplemente no recuerdas dónde quedaba tu hotel. Estos solo son simples ejemplos, y hay muchos más. Hoy día es cierto que muchos lugares tienen WIFI, pero la experiencia me ha mostrado que no todos los aeropuertos lo tienen o tienen alguno que sea 100% efectivo. Lo mismo con algunos hoteles que incluso tienes que pagar por usarlo. Por lo tanto, uno nunca sabe en qué parte del mundo podamos estar y una simple llamada cueste lo que cueste nos puede salvar de un mal rato.
Ahora bien, si antes era importante ver los requisitos de entrada para viajes internacionales, HOY más que nunca, no podemos obviar este paso: investigar los requisitos de entrada a tu destino.
Muchas personas compran su viaje de ensueño y nunca investigan qué requisitos pide el país para entrar en él. Las agencias de viajes estamos aquí para asistirlos en todo lo requerido para entrar a un país, pero siempre es recomendable (e inteligente) que ustedes como viajeras hagan también su tarea. Los requisitos cambian de un día para otro y es importante estar siempre actualizadas en estos cambios.
Muchos países requieren visados. Algunos visados son sencillos y online, como por ejemplo el de Turquía. Otros Visados como Rusia, China, requieren de tiempo razonable para emitir su visado ya que hay que llenar solicitudes que toman de tiempo y paciencia. Otros países no tienen consulados en Puerto Rico y tenemos que enviar nuestros pasaportes a sus embajadas en Estados Unidos para que ellos tramiten el visado y luego nos envíen el pasaporte y eso toma tiempo. Agrego también que los visados tienen sus costos los cuales también hay que tener en cuenta. Son cientos de miles de personas que llegan al mostrador de la línea aérea sin este documento. ¿Y qué pasa si no llego con él? Pues sencillo, no podrás viajar (en el caso de países con visados más rigurosos) y perderás el vuelo, el viaje y por ende dinero y alegría. Es por esto que es importante que hagamos la tarea de investigar bien, hoy día más puesto que debido al Covid-19, adicional a visados los países están requiriendo pases de salud, pruebas PCR o de antígenos con las muestras tomadas según lo que cada país indique.
Algunos lugares que pueden consultar son:
Estos son solo algunos y son los que me gusta tener presentes en ese momento que vamos planificando viajar. Tener todo esto anotado y en cuenta nos salva de perder dinero y tiempo valioso en el país que estamos a punto de descubrir. Hay muchísimos más y poco a poco aquí le iré compartiendo más experiencias y recomendaciones.
Ahhh y un último consejo por ahora, la noche antes del viaje encima de la maleta, pongan su pasaporte si viajan internacional o su identificación si viajan a Estados Unidos, de esa manera no lo olvidaran. Créanme, no es gracioso llegar al Luis Muñoz Marín y darse cuenta que dejaste tu identificación y menos si vives en Ponce.
Cuéntame ¿qué errores has cometido que te hicieron una mejor viajera?
- Adriana Rodríguez
Presidenta Hectours
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