¡Kia Ora viajeras! Una de las preguntas más frecuentes que recibo es ¿cómo terminé viviendo en Nueva Zelanda, de todos los sitios?
Mi historia comienza para el 2017, en California, cuando mi esposo Héctor participaba de una conferencia de su trabajo. Durante la conferencia, recibe una oferta laboral en la que tendríamos que mudarnos a Nueva Zelanda.
Rápidamente me llama y me pregunta si me quería mudar, y sin pensarlo dos veces mi respuesta fue ¡SI, vámonos!
Para ese momento yo solo sabía que Nueva Zelanda era un país de turismo mayormente de deportes extremos, donde podías esquiar en nieve y surfear el mismo día. También sabia que era dónde habían filmado “Lord of the Rings”. Siempre había sentido curiosidad por visitar, pero realmente no estaba en mis “top 10 destinations”, y ahora que estoy aquí, no sé por qué no lo era, ya que esto es otra cosa.
Pero, sigo el cuento, mientras estuvimos investigando y enamorándonos más del país, hablamos con un amigo que vivió en Nueva Zelanda. Nos explicó que era muy caro el costo de vida y que no nos recomendaba mudarnos. Eso nos desmotivo y desistimos de la idea momentáneamente, pero el trabajo de Héctor seguía insistiendo y entonces pasa el huracán María. Un mes después de vivir sin luz le digo a Héctor ¡nos vamos! ¡Y así comenzó nuestra aventura!
Hector se fue primero y 4 meses más tarde nos fuimos nosotres. Desde que llegamos a “Aotearoa” (nombre nativo de Nueva Zelanda) todo fue un shock. Desde caminar y guiar en los carriles de izquierda, mirar a la derecha primero para que no te atropellen, creer que sabes hablar inglés, ¡y no! resulta que su inglés es británico, lo que toma tiempo ajustarse al nuevo vocabulario y a su acento.
Lo más que te cautiva de este país son sus paisajes y su geografía, es como vivir en un “post card”. Nosotres sabíamos que New Zealand estaba brutal antes de mudarnos. “But little did we knew” que superaría nuestras expectativas “a un 100%”.
Todavía no salgo del asombro de nuestras primeras vacaciones de "verano" (que aquí es en diciembre). Manejar en el auto y en menos de una hora tener dos microclimas totalmente diferentes fue uno de los mayores “highlights”.
Lugares desérticos, tropicales, montañosos, el poder “janguear” en el cráter de un volcán eso y ni hablar de las playas del Pacífico (siempre han sido mis favoritas desde que las vi en Costa Rica a los 17 años). Me sentía tan afortunada y dichosa de ver estas maravillas, a veces me levantaba por la mañana y no me lo creía.
Entonces está el detalle de que el país está diseñado totalmente para el turismo. En cada carretera hay letreros de vistas escénicas o cataratas que debías visitar. Cuando llegas al parque, como por ejemplo el de las aguas termales, uno llega con la mentalidad de que va a estar lleno, que va a haber ruido, que casi no te vas a poder meter, que a lo mejor está lleno de basura (“Je,je,je” inocente palomita) toooodo es tranquilo, con gente, pero tranquilo, limpio, silencioso, conectado con la naturaleza.
El diseño los parques y de los demás lugares que fuimos era increíble, se ve la mano del hombre en detalles importantes como lona o piedras para que no te resbales, pero tan sutilmente hecho, qué piensas que es parte de la naturaleza. Se nota a leguas que 15 arquitectos, ingenieros y geógrafos estuvieron detrás del diseño. Nunca nos perdimos, los letreros estaban allí. Las marcas para saber dónde frenar, donde virar estaban allí.
Otra cosa hermosa son los pueblitos ( si pueblitos al estilo Wild Wild West ) en la región de Taranaki. Desde que entras hasta que te vas es inolvidable.
Despidiéndonos de un pueblito veíamos diferentes carteles, el primero decía: "You are about to leave Taranaki", el segundo: "Big mistake, huge", el tercero: "Oh well we warned you" , el cuarto: "Come back soon".... Oh we will!
Tengo tanto que contarles, pero esto es solo el principio. ¡Ya estaré contándoles sobre camping, caminatas y viñedos! Y cómo vivir en un país sin pandemia!
¡Si quieres saber un poco más de mí puedes buscarme en mis redes sociales como “Kiwirrican” y continuar siguiendo a viajeras boricuas!
- Cristina Del Carmen ( IG: @kiwirrican )
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