¡Hola viajeras! Me llamo Ana Carolina y esta es la historia de cómo esta boricua llegó a Kuwait.
Supongo que como la mayoría de ustedes me crié en nuestra hermosa isla de Puerto Rico, Inicialmente me mudé para ir a la universidad, y luego como muchas otras familias en la diáspora, nos fuimos todos en busca de trabajo. No sé cuántas han estudiado fuera de Puerto Rico, pero las que sí, sabrán que muchas universidades tienen una comunidad grande de estudiantes internacionales. Quién hubiera pensado que justo ahí conocería a mi futuro esposo, original de un país pequeñísimo en el golfo árabe.
En otras palabras, el amor me llevó a Kuwait.
Claro, antes de casarnos, di mi primer viaje sola a Kuwait en marzo del 2019. Aunque nunca me ha costado demasiado trabajo acostumbrarme a un nuevo hogar, (siempre he sido como un camaleón, a donde llegue me acoplo), quería experimentar por cuenta propia lo que sería mi futura y nueva vida. En aquel entonces mi novio ya me había contado muchas cosas sobre su país, para mí era importante verlo con mis propios ojos.
Déjenme decirles que ese primer viaje fue impresionante. Definitivamente una cosa es que te cuenten, pero otra es cuando vas y ves lo extraordinario y diferente que es. El clima durante la primavera es perfecto y como muchas familias en Kuwait, la de mi futuro marido fue muy hospitalaria y acogedora. Me llevaron a muchísimos lugares entre ellos: a "Souk MuBarakia", un mercado tradicional en el corazón de Kuwait City, era una plaza al aire libre ¡dónde había de todo! Especias del oriente, perfumes, ropa tradicional y lo más impresionante... ¡El mercado de oro! Una cuadra llena de tiendas con joyas de oro puro preciosas.
Al día siguiente, visité una de las atracciones más populares de Kuwait, “The Avenues Mall”. Si ustedes piensan que Plaza las Américas es grande déjenme decirles que hasta los centros comerciales de Estados Unidos se quedan cortos en comparación a este. Cinco millas de largo y dos niveles de tiendas y restaurantes que continúan expandiéndose para incluir un Hotel, ¡Sí, dentro del Mall! Cada milla se divide en un tema diferente, primero "Prestige", donde encuentras tiendas de diseñadores de lujo como Gucci, LV, Prada, Cartier. Luego, “The Souk”, con un estilo más árabe tradicional con sus tiendas de artículos tradicionales, Y finalmente “Arcade”, con un diseño futurista y tiendas de electrónica y más.
Realmente ese primer viaje me dejó fascinada, así que empaqué maleta y dije “¡pa’ Kuwait nos vamos honey!”
Pero claro, cuando oficialmente anuncié que me casaba y mudaba para un país árabe, los comentarios demás no faltaron. Ya creo que saben a los comentarios que me refiero, “¿pero te vas a mudar para allá?”, “¡nena, tu no sabes a lo que vas!” y mi favorito “¡pero en esos países la mujer no vale na’!”, al parecer la película “Not Without My Daughter” con Sally Field es la única fuente de información para mucha gente, pero en mi experiencia, esto se aleja bastante de la cotidianidad. No voy a pretender tampoco tapar el sol con un dedo y decir que cosas así nunca pasan, porque tristemente sí. Pero el machismo y la violencia de género no se limita al medio oriente. Y mi experiencia con amistades y familia árabe, siempre he sido tratada con amor y respeto. No tengo miedo de salir tarde sola, y vivir mi vida común y corriente.
Cuando lo piensas bien todo país tiene sus aspectos positivos y negativos, y ya que había viajado y visto por mí misma, estaba lista, segura y emocionada para ver que más me esperaba en Kuwait.
Mi segundo viaje fue para mi boda durante el mes de junio. Ya mi esposo y su familia me habían advertido sobre los veranos en Kuwait. Pensé que estaba lista, porque cuando mi familia y yo nos mudamos a Estados Unidos por primera vez, nos fuimos a Texas, a una pequeña ciudad en la frontera de México llamada McAllen. Y fue ahí donde esta hija del caribe experimentó calor verdadero por primera vez, a 110 grados fahrenheit, sentía como me derretía literalmente caminando de la puerta de mi casa hasta el buzón de la entrada. Pero ese verano en Kuwait fue algo difícil de describir.
En esta ocasión me acompañaron mi madre y mi padrastro, y tan pronto abrimos las puertas de ese pequeño aeropuerto para afuera, lo primero que nos preguntamos fue por qué estaba prendida la calefacción. No podíamos comprender de dónde salía ese aire tan caliente y seco, como si nos hubieran puesto un “blower” en máximo calor a la cara. Nos mirábamos anonadados de lo que nuestros cuerpos estaban experimentando por primera vez.
Esos 120 grados nos dieron una bienvenida difícil de olvidar. Así que ¡viajeras! Si alguna vez deciden visitar esta parte del mundo, les imploro que vengan en invierno o de febrero a marzo.
Aunque, lo bueno de estar en Kuwait es que sí deseas escapar del calor, este país queda en un punto estratégico perfecto para viajar a cualquier otra parte del mundo. En un vuelo de 4 horas llegas a Turquía, en uno de hora y media a Dubai, en otras cuatro puedes llegar a India, o cualquier otro país en Asia o Europa, lo cual está nada mal en comparación a si fueras a viajar de Puerto Rico a esta parte del mundo.
Regresando a Kuwait, este es un país bien pequeño y no muy turístico, pero aun así tiene mucho que ofrecer. Entre los lugares que no se pueden perder está “Al Shaheed Park”, es como decir el Central Park de la ciudad, con un sistema de irrigación increíble para mantenerlo verde todo el año, está lleno de fuentes, esculturas y una pista para correr que lo rodea. En las noches se alumbra con muchas luces que hacen parecer él “Al Shaheed” como un lugar mágico.
Y claro, no podían faltar los cafés y restaurantes en el parque. Si algo tienes que saber sobre Kuwait es que llegas caminando y te vas rodando. No solo tienen riquísima comida árabe tradicional, pero es impresionante la cantidad de restaurantes internacionales y gastro-fusión que existen, cada restaurante con su diseño y única estética contemporánea. Y los cientos de 'coffee shops' locales, no se quedan atrás. Starbucks who?? La variedad de bebidas cafeínadas y postres únicos y deliciosos es indescriptible.
Otros lugares que valen la pena mencionar son la ópera de Kuwait o formalmente conocida como, Centro Cultural "Abdullah Al Salem", el más grande del medio oriente. También las hermosas Torres de Kuwait, donde podrás apreciar desde el mirador una vista espectacular a la ciudad e incluso podrían comer en su restaurante panorámico. Por último y más educativo es importante no dejar de visitar los memoriales y pequeños museos dedicados a la Guerra del Golfo.
Regresando a mi historia inicial, me casé ese mismo año durante mi segundo viaje. Ya llevo un año viviendo en Kuwait, y aunque Puerto Rico siempre será mi hogar, Kuwait ha conquistado mi corazón en todos los sentidos, es mi “home away from home”. Así que viajeras, si alguna vez se encuentran por esta parte del mundo, dense la vuelta por Kuwait. Prometo que no les va a decepcionar. Y cualquier cosa por aquí está una viajera boricua a sus órdenes.
- Ana Carolina (IG: @acaromarth)
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